Antes de convertirse en el guardián fue niño. Llevaba poco tiempo de vida, sólo unos pocos años no más de 12. Ese tiempo había vivido rodeado de seres parecidos a él en la carne pero distintos en todo lo demás. No lo comprendían y no se hacían a la idea de lo terrible que era para él sentir, ver y vivir en ese mundo al cuál habían arrojado sin defensas ni razón alguna.
Por favor que alguien me cuente que significa todo esto. Por favor que alguien me cuente porque. ¿Cuál es la razón que justifica este sufrimiento? ¿Cuál es la razón que permite este comportamiento? ¿Dónde está ese amor que todo el mundo profesa pero nadie practica? ¿Dónde están mis pilares? Para yo poder sostenerme y así poder crecer para sostenerme a mi mismo. Por que me habéis dejado sólo…
El niño poseía el tesoro más preciado que existe y existirá jamás en la creación. Y lo estaba perdiendo. La niebla de la insensibilidad de los demás estaba nublando su corazón y todo lo maravilloso se perdería, se marchitaría y terminaría por desaparecer aplastado por el peso de este mundo sin razón, de este mundo con sufrimiento. No podía permitir que eso sucediera y tomó la decisión de ser el guardián de la puerta. Ser el guardián de la puerta exigía un juramento. Y esa noche la más oscura que recordaba en su vida juró:
Yo el niño eterno,
Yo él que ha vivido aquí en estos 12 años,
Yo hijo de Papá y de Mamá,
Yo hermano de, yo amigo de, yo juro guardar esta puerta para proteger mi tesoro.
Yo me retiro y cedo mi puesto.
Me retiro para guardar la puerta y te dejo a ti para que me protejas.
Si tú él/la que lee ahora mismo estas palabras y que un poco incrédulo/a empiezas a mirar hacia ti misma/o para comprobar si de verdad estoy detrás de ti.
Yo te dejo a ti para que crezcas delante de mi.
Yo te dejo a ti para que vivas mi vida junto a mi.
Yo te concedo la vida en mí para que vivas, lo que yo no soy capaz de vivir.
Yo me llevo mis recuerdos, pues tú deberás crecer y para ello no necesitas mis recuerdos.
Yo seré el guardián de la puerta y tú el/la única/o que podrás cruzarla, pues lo que hay detrás de esta puerta es nuestro y nadie nos lo puede quitar.
Pero para ello, deberás olvidar que lo tienes, por eso debo retroceder y ser el guardián de la puerta.
Vive por mí y búscame. Cuando me encuentres estaremos preparados, ya que yo aprenderé de ti y tú tendrás lo que es tuyo y siempre ha sido así.
Gracias por ser,
Gracias por vivir y seguir viviendo,
Gracias por reír y por llorar,
Gracias por amar y por odiar,
Gracias por sentirte amado y por sentirte repudiado,
Gracias por estar feliz y por estar triste,
Gracias por triunfar y fracasar,
Gracias por caer y levantarte,
Gracias por amarme tanto en el olvido,
gracias por cuidarme,
gracias por ser mis pilares y mi torre más alta.
Yo juro ser el Guardián de tu Puerta.
Hasta que tú me encuentres…
[activecampaign form=18]
[activecampaign form=24]