Un cuento para los que se sienten atrapados
En el invierno del pasado hay un niño que lanza bolas de nieve hacia la futura primavera, déjate llevar por él y terminará tu invierno.
Cuentos para ir hacia la vida
Jack Frost
En un rincón de tu casa ha aparecido el niño de hielo, Jack Frost. Las hojas de los árboles se mecen provocadoras luciendo sus diamantes de nieve. El viento sopla melodías cariñosas regalando abrazos gélidos a todo el mundo. Y el espíritu del invierno desciende con su trineo por el camino que lleva a la luna.
Jack se acomoda y como es costumbre te cuenta su historia:
“Nací en un tintineo de cascabel, aunque es un secreto de las hadas… (susurra) los duendes estamos hechos de música.
El viento toma la melodía y la eleva…
Las nubes la acogen en su vientre y nos alumbran en la lluvia…
El mar nos acuna en sus olas y nos deja en la orilla dormidos…
El sol nos acoge en la familia de la vida y nos guía hasta nuestra madre la tierra.…
Somos hijos de los Elementos y estamos hechos de música. Es un secreto y yo desentierro los secretos que los copos de nieve disfrazan con su belleza…
Cabalgo las brisas heladas del invierno, me paseo por las calles de vuestras ciudades y pueblos observando las ventanas. Durante muchos inviernos unos vienen y otros se van y yo atesoro todos los caminos que tomaron y los dibujo en vuestras ventanas, mapas de vidas que por la mañana el sol los convertirá en secretos.
Cuando la luna lanza sus cabos de luz a los niños, luceros de amor en el frío invierno, los toman con sus corazones y retoman los caminos de los olvidados.
Observo a través de las ventanas cada invierno, unos vienen y otros se van y yo dibujo sus caminos en las ventanas.
Ahora en la noche más mágica del año, me deslizo en los sueños de nieve bailando el vals de la noche eterna, conmigo todas las estatuas de hielo que antes fueron carne y hueso, recayendo en los mismos movimientos una y otra vez. El hielo nos desliza rápidamente por el río que ahora no discurre hacia un lago sin salida, donde estatuas privadas de independencia se amontonan en el eterno invierno.
Las chimeneas cantan con sus vozarrones de humo el calor del hogar y los niños bailan junto al fuego. El mundo de fuera los espera y deberán elegir un camino.
Cuando salen a jugar yo les lanzo copos de nieve con un mensaje secreto escrito:
“solo los caminos nuevos llevan a la esperada primavera…”
Un remolino de nieve pasa entre los árboles de la conciencia, atesora secretos ocultos tras la belleza de los copos de nieve… Ese es Jack Frost.

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