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En un rincón de tu casa ha aparecido el cartero, te preguntas cómo lo ha hecho el cartero para aparecer en ese rincón, en lugar de entrar por la puerta…

 

El cartero extrae un paquete de la bolsa y te lo entrega. Este paquete lleva sellos de muchos, muchos lugares de todo el mundo, parece que ha dado la vuelta al mundo y ha llegado hasta ti, el remitente lo desconoces.

 

Abres el paquete y una brillante luz inunda tu hogar, dentro del paquete hay una estrella con una carta escrita que pone:

 

«En una noche de verano, me hallaba contemplando las estrellas y en un momento de puro encuentro con el todo, pedí un deseo al universo.

Desee ser una estrella en el firmamento y por arte de magia me fui transformando en una muy despacio, un día mis manos empezaron a brillar, otro día fueron mis pies y así sucesivamente hasta que mi cuerpo también cambió hasta adoptar la forma, que ahora supongo estarás viendo.

 

Antes de que la transformación sobreviniera escribí esta carta, si lo que tienes en tus manos es la carta de una estrella, te pido que hagas lo posible para llevarme hasta el firmamento y así poder cumplir mi deseo… y si no eres capaz de ello, te pido que me lleves con alguien, que creas, que sí puede ayudarme.

Gracias de antemano amigo o amiga.»

 

Observas la estrella cómo late parece un corazón de luz, mientras piensas cómo puedes enviar la estrella al firmamento, el tiempo se lleva prisionero al sol y libera a la luna y decides salir fuera para contemplar las estrellas en busca de inspiración.

 

De repente experimentas un deseo irrefrenable de pertenecer al firmamento, la pasión recorre tus venas cómo un caballo de carreras desbocado y en un arrebato incomprensible lanzas la estrella hacia el firmamento.

 

El primer intento falla, el segundo también, pero consigues llegar un poco más lejos esta vez, el tercero obtienes el mismo fracaso y así sucesivamente, pero te das cuenta que en cada acometida consigues, que la estrella llegue más lejos.

 

Así pues decides continuar y continuar probando siempre de llegar un poco más lejos cada vez y continuas hasta que no te quedan más fuerzas.

 

Y cada noche lo sigues probando y en algunas ocasiones consigues llegar más lejos y más lejos, hasta que una noche, después de muchos mucho tiempo, lanzas la estrella…

 

¡Y lo consigues!

 

Esa noche te sientas en tu porche observando el firmamento con el corazón lleno de gozo, por haber ayudado a cumplir el deseo de alguien.

 

A la mañana siguiente regresa el cartero con otra carta:

 

«Gracias por seguir intentándolo, quiero que sepas que cada vez que fracasabas, alguien en un lugar remoto observaba cómo me caía y entonces pedía un deseo al firmamento.

 

Y gracias a tu perseverancia fueron muchos deseos los que se pidieron y en muchos casos, la pasión encontró un lugar en esos corazones, pudiendo así vencer los obstáculos, que los separaban de sus deseos. En mi nombre y en el suyo te doy infinitas gracias

 

Firmado: Polar»

 

AHORA BUSCA UN MOMENTO DE CALMA PARA ENTRAR EN TU MUNDO INTERIOR

 

Ahora te hallas en tu porche tienes la estrella en la mano, miras hacia el cielo, miras a la estrella… ¿Hacia dónde mira la estrella? ¿Cómo se siente cuándo lo hace? ¿Quiere decirte algo? Tómate un momento, coge un papel o en la misma pantalla escribe… escribe lo primero que te venga, responde estas preguntas como si tú fueras la estrella.

 

Lanza la estrella con todas tus fuerzas y mira como vuela hacia el firmamento para luego regresar de nuevo a la tierra, tómala entre tus manos ¿Cómo se siente la estrella cuando está en tus manos? ¿Quiere decirte algo?

 

Ahora mira el firmamento, las estrellas dibujan el rostro de una persona que te es familiar… Anota la primera persona que te venga.

 

Esta persona a ¿quién mira desde el cielo? ¿Cómo se siente? ¿quiere decir algo? Tienes libertad literaria total, escribe lo primero que te venga, sin importar nada más que este preciso momento en compañía.

 

Cada noche cuando el tiempo se ha llevado prisionero al sol y ha liberado a la luna, puedes lanzar la estrella y ver que rostro te visita desde el firmamento…

 

Cuentos para ir hacia la vida siempre estará esperándote en tu mundo interior… en ese rincón de tu casa.

 

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